David Antón, El Niño para sus amigos, es una de las grandes promesas en este mundo del ajedrez desde hace ya tiempo. El joven madrileño desata pasiones con talento y valentía, y no para de mirar hacia sus próximos objetivos.
El madrileño y del Atlético de Madrid estudiaba matemáticas en la Universidad Complutense de Madrid hasta hace muy poco. Su entrenador, David Martínez, ha comentado que una de sus fortalezas que tiene su alumno es su capacidad de concentración.
“Es un tremendo competidor que se crece cuando más grande es el reto”, explica David Martínez.
El pasado viernes jugó una de sus mejores partidas frente al ruso Alexander Grischuk. Está en cabeza junto a Fabiano Caruana y Levon Aronian en el torneo Grand Swiss, disputado en la Isla de Man entre el 10 y el 21 de octubre de 2019.
Hay cien jugadores invitados a la cita según sus valoraciones a lo largo de los últimos 12 meses. Además, varios participantes de libre designación están compitiendo.
El torneo disputado en una dependencia autónoma de la Corona británica, es el más importante del circuito suizo de esta campaña. Según las normas del torneo, la bolsa de premios asciende a los 432.500 dólares estadounidenses. El premio para el ganador será de 70.000 dólares.
Este año para que sea más emocionante el evento deportivo, el ganador tendrá una plaza asegurada para disputar el Torneo de Candidatos, y el ganador de esta prueba tendrá la oportunidad de verse las caras con Magnus Carlsen en el Campeonato del Mundo.
“No ha sido precisamente un niño prodigio de los que con 13 años ya son Gran Maestro, pero sí ha sido un prodigio del progreso. Aprende con una facilidad enorme”, matiza su entrenador.
La presión parece no afectarle a este chico. No es la primera vez que consigue algo que está fuera de sus posibilidades. Hace unos años, Antón disputó el Open de Gibraltar ocupando la primera plaza junto al estadounidense Hikaru Nakamura aunque al final perdió se hizo notar a nivel mundial.
El joven madrileño está a las puertas de conseguir algo grande. Está haciendo soñar al ajedrez español. Con toda la ilusión del mundo por estar a la altura de los mejores jugadores.