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Categoría: Fisioterapia

La incontinencia urinaria en el deporte: causas, tipos y soluciones

Las disfunciones miccionales, entre las que se encuentra la incontinencia urinaria, son alteraciones en el control de la vejiga que pueden afectar tanto a hombres como a mujeres, aunque son más frecuentes en estas últimas. En el ámbito deportivo, estas disfunciones pueden suponer una dificultad añadida, afectando tanto al rendimiento como a la calidad de vida de quienes las padecen.

Fractura de fémur en deportistas: causas, síntomas y recuperación

El fémur es el hueso más largo y resistente del cuerpo humano, pero a pesar de su fortaleza, puede fracturarse si se somete a una fuerza extrema, como una caída, un impacto fuerte o un accidente deportivo. En el mundo del deporte, esta lesión es más común en disciplinas de alto impacto, como el atletismo, el ciclismo, el esquí o los deportes de contacto.

La fisioterapia como aliada para reducir el estrés y la ansiedad en deportistas

El estrés y la ansiedad pueden afectar el rendimiento de cualquier deportista, alterando la concentración, el descanso y la recuperación muscular. La fisioterapia no solo trata lesiones, sino que también juega un papel clave en el bienestar mental y físico, ayudando a aliviar tensiones y mejorar la calidad de vida.

Dolor en el coxis: una molestia que puede afectar tu rendimiento deportivo

Si alguna vez has sentido un dolor persistente en la parte baja de la espalda, especialmente al sentarte o al realizar ciertos movimientos, es posible que estés experimentando coccigodinia, una afección que afecta al cóccix.

TENDINOPATÍA CALCIFICANTE EN EL HOMBRO: CAUSAS, SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO

La tendinopatía calcificante es una de las principales razones detrás del dolor agudo en el hombro, afectando principalmente a personas de mediana edad, especialmente entre los 40 y 50 años, y siendo más frecuente en mujeres. Esta condición puede presentarse tanto en el brazo dominante como en el no dominante, aunque la incidencia es mayor en el primero.   ¿Qué causa la calcificación en el hombro? Esta tendinopatía se caracteriza por la formación de depósitos de calcio en los tendones, principalmente en el supraespinoso, aunque también puede afectar al infraespinoso o, en casos menos comunes, al subescapular. Los cristales de calcio provocan una inflamación en el tendón, lo que puede resultar en un dolor agudo y molesto. Aunque no se entiende completamente la causa de estos depósitos de calcio, diversas teorías sugieren que pueden estar vinculados a factores como la genética, el envejecimiento celular, el daño repetitivo por movimientos constantes o ciertos desequilibrios metabólicos.   ¿Cuáles son los síntomas más comunes de la tendinopatía calcificante? El síntoma más notorio de la calcificación en el hombro es el dolor, que puede ser tan intenso como incapacitante, afectando la calidad de vida de quienes lo padecen. En muchos casos, este dolor interrumpe el descanso nocturno y puede resultar en ausencias laborales. Además, la movilidad del hombro se ve frecuentemente limitada debido a la inflamación, aunque algunas personas no presentan síntomas evidentes y descubren la afección accidentalmente al realizar estudios para otras enfermedades.   Fases de la tendinopatía calcificante La tendinopatía calcificante progresa en varias etapas: Fase formativa: Se inicia con la acumulación gradual de cristales de calcio, sin presentar síntomas o con molestias leves. Esta fase puede durar de 1 a 6 años. Fase reabsortiva: Aquí es cuando suelen aparecer los síntomas más dolorosos, ya que el calcio se libera y provoca irritación en los tejidos circundantes. Fase de reposo: En este punto, los depósitos de calcio permanecen estables, sin formar nuevos cristales ni liberar los existentes. Aunque el dolor suele ceder, la calcificación sigue presente, y pueden surgir brotes agudos de dolor.   Diagnóstico de la tendinopatía calcificante Generalmente, las personas buscan atención médica debido a un dolor severo en el hombro que no puede explicarse por una lesión o esfuerzo reciente. El diagnóstico suele realizarse mediante radiografías, que permiten visualizar los depósitos de calcio y confirmar la presencia de la tendinopatía.   Tratamientos para la calcificación en el hombro En la mayoría de los casos, los depósitos de calcio tienden a resolverse por sí solos, lo que significa que aquellos pacientes que no experimentan dolor no requieren tratamiento específico. Cuando el dolor es persistente, los tratamientos suelen incluir medicamentos analgésicos, antiinflamatorios o, en algunos casos, infiltraciones con analgésicos locales y corticoides. El uso de frío en la zona afectada varias veces al día también puede aliviar los síntomas. La fisioterapia juega un papel crucial, ayudando a mejorar la movilidad del hombro afectado y reduciendo el riesgo de que el dolor se convierta en crónico.   ¿Qué medicamentos se emplean para tratar la tendinopatía calcificante? El tratamiento farmacológico suele comenzar con antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para reducir la inflamación, especialmente durante la fase más aguda. Si el dolor persiste, los fisioterapeutas y médicos pueden recomendar terapias adicionales como ultrasonidos o ondas de choque, entre otros enfoques.   Tratamientos naturales y prevención Aunque no existen remedios naturales específicos que curen la calcificación en los tendones, llevar una dieta rica en vitaminas y minerales esenciales, como el magnesio, puede favorecer la salud de los tendones. Algunas hierbas con propiedades antiinflamatorias, como la salvia o la equinácea, podrían contribuir al bienestar general. Sin embargo, siempre es recomendable consultar a un profesional médico antes de probar estos métodos. Para prevenir futuros episodios de calcificación, es esencial mantener una alimentación equilibrada, evitar sobrecargar los tendones con esfuerzos excesivos y acudir a revisiones periódicas si se han experimentado problemas previos en el hombro.   ¿Es necesario recurrir a la cirugía? La cirugía es rara para tratar la tendinopatía calcificante. Por lo general, los tratamientos conservadores, como los medicamentos y la fisioterapia, resultan ser efectivos. Sin embargo, si los síntomas persisten y afectan gravemente la calidad de vida del paciente, se podría considerar una intervención quirúrgica para eliminar los depósitos de calcio.

PROBLEMAS EN LOS PIES DERIVADOS DEL USO PROLONGADO DE CHANCLA

Con la llegada del clima más frío, es momento de guardar las chanclas y sandalias que han sido nuestras aliadas durante los meses de calor. Sin embargo, el uso constante de este tipo de calzado puede dejar consecuencias en la salud de nuestros pies, siendo una de las más frecuentes el dolor intenso en la planta del pie, que lleva a muchas personas a acudir a especialistas. Consecuencias del uso diario de chanclas El uso prolongado de chanclas o sandalias planas provoca cambios en la mecánica habitual del pie al caminar. En condiciones normales, el pie distribuye el peso corporal de manera equilibrada, comenzando por el talón, pasando por la zona media y terminando en la parte delantera del pie. No obstante, las chanclas obligan a los pies a realizar un esfuerzo adicional para mantener el calzado en su lugar, generando tensión en la fascia plantar. Con el tiempo, esta tensión constante puede derivar en lesiones. Fascitis plantar: qué es y por qué se produce La fascitis plantar es una afección que provoca la inflamación de la fascia, un tejido elástico ubicado en la planta del pie que va desde el talón hasta la zona de los metatarsos. Esta condición aparece cuando la fascia debe soportar esfuerzos prolongados sin contar con un adecuado soporte, lo que afecta su funcionalidad. Entre los factores de riesgo se encuentran: El uso continuado de chanclas. Calzado inapropiado. El sobrepeso. La práctica de actividades de alto impacto. Síntomas de la fascitis plantar El principal síntoma de esta afección es un dolor agudo localizado en la zona del talón, aunque también puede extenderse a lo largo de la planta del pie. En las primeras etapas, el dolor suele aparecer por la mañana y desaparecer progresivamente durante el día. Sin embargo, si no se trata a tiempo, puede volverse constante e interferir con las actividades diarias. Opciones de tratamiento para la fascitis plantar El tratamiento de esta condición depende de la gravedad del caso, pero generalmente incluye: Reposo y medicamentos: Se recomienda disminuir la actividad física y utilizar antiinflamatorios para reducir el dolor. Fisioterapia: Comprende técnicas como terapia manual, estiramientos, ejercicios de fortalecimiento y electroterapia. Tratamientos mínimamente invasivos: Se pueden emplear técnicas como la punción seca y la electrólisis percutánea intratisular (EPI®), que ayudan a aliviar el dolor y mejorar la función del pie. Punción seca Este procedimiento consiste en la introducción de una aguja fina en los puntos de tensión muscular, denominados puntos gatillo, con el fin de aliviar la sobrecarga y reducir el dolor. Electrolisis percutánea intratisular (EPI®) Se utiliza una corriente galvánica aplicada a través de una aguja para estimular la regeneración del tejido dañado. Aunque puede resultar molesto, se recomienda su aplicación junto con crioanalgesia para mitigar el dolor. Consejos para prevenir la fascitis plantar Para evitar la aparición de esta dolencia, es importante seguir algunas recomendaciones: Mantener un peso corporal saludable, ya que el sobrepeso incrementa la carga sobre los pies. Limitar el uso de chanclas y optar por modelos que brinden mejor soporte, como aquellos con tiras ajustables. Alternar el uso de tacones con calzado más ergonómico. Escoger zapatos adecuados para cada actividad, priorizando la amortiguación y el soporte adecuado. Si experimentas molestias persistentes en los pies, es recomendable acudir a un especialista en fisioterapia para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento personalizado. En nuestro centro de fisioterapia en Madrid, contamos con profesionales capacitados para ayudarte a recuperar tu bienestar y movilidad.

LA IMPORTANCIA DEL CALENTAMIENTO Y LOS ESTIRAMIENTOS EN LA ACTIVIDAD FÍSICA

Cada vez más personas omiten dedicar tiempo a preparar su cuerpo antes del ejercicio y a relajarlo después, pero estas etapas son fundamentales para maximizar los beneficios de la actividad física y prevenir lesiones.   El calentamiento: preparando el cuerpo para la actividad Al igual que el cerebro necesita tiempo para activarse por la mañana, el cuerpo requiere un período de adaptación antes de realizar cualquier actividad física. El calentamiento consiste en una serie de ejercicios que preparan los músculos y articulaciones, aumentando el flujo sanguíneo y mejorando la oxigenación muscular.   ¿Por qué es esencial calentar antes del ejercicio? Realizar un calentamiento adecuado ayuda a prevenir lesiones musculares, reduce el riesgo de calambres y mejora el rendimiento físico. Este proceso también permite que el cuerpo alcance gradualmente su rango máximo de movimiento, preparando tanto el cuerpo como la mente para el esfuerzo físico.   Ejercicios sencillos para calentar en casa El calentamiento puede variar según factores como la edad, la condición física o el tipo de actividad que vayas a realizar. A continuación, te sugerimos algunos movimientos básicos que puedes hacer en casa: Rotaciones de cuello: Gira lentamente la cabeza hacia los lados, inclínala lateralmente y realiza círculos suaves. Haz 6 repeticiones de cada movimiento. Círculos de hombros: Realiza movimientos circulares con ambos hombros hacia adelante y luego hacia atrás. Repite 6 veces por cada lado. Estiramiento lateral: Eleva un brazo hacia arriba y estíralo hacia el lado contrario. Mantén la posición durante unos segundos y cambia de brazo. Haz 8 repeticiones por lado. Estiramiento de piernas: Lleva los brazos hacia arriba y luego desciende lentamente hasta intentar tocar el suelo. Mantén la posición unos segundos y vuelve a la posición inicial. Realiza 6 repeticiones. Correr en el lugar: Simula una carrera mientras mueves brazos y contraes el abdomen. Hazlo durante 30 segundos. Saltos de estrella: Comienza con piernas juntas y brazos al costado del cuerpo. Salta separando las piernas y llevando los brazos hacia la cabeza. Repite durante 30 segundos. Tijeras: Alterna saltos llevando una pierna hacia adelante y otra hacia atrás. Puedes incluir movimientos de brazos hacia adelante. Realiza este ejercicio durante 30 segundos. Dedica al menos 10 minutos a esta rutina antes de tu entrenamiento. Si practicas ejercicio con regularidad o de alta intensidad, consulta a un profesional para diseñar un plan de calentamiento personalizado.   Estiramientos: relajando el cuerpo después del ejercicio Después del esfuerzo físico, el cuerpo necesita tiempo para volver a su estado natural. Los estiramientos postentrenamiento ayudan a reducir el dolor muscular, mejoran la flexibilidad y favorecen la recuperación al eliminar el ácido láctico acumulado.   Beneficios de los estiramientos después de entrenar Entre las principales ventajas de estirar destacan: Recuperación muscular más rápida. Prevención de lesiones y molestias en la zona lumbar. Mejora de la flexibilidad y resistencia. Relajación muscular y mental.   Ejercicios básicos de estiramiento Es importante estirar todo el cuerpo, poniendo énfasis en los músculos que trabajaste durante el entrenamiento. Aquí te compartimos algunos movimientos útiles: Estiramiento de cuello: Inclina la cabeza hacia un lado y utiliza la mano opuesta para aplicar una ligera presión. Mantén la posición durante unos segundos y repite hacia el otro lado. Relajación de espalda: Baja la cabeza hacia adelante y coloca las manos en la parte trasera de esta, ejerciendo una leve presión mientras intentas juntar los codos frente a tu rostro. Mantén la posición por 30 segundos. Estiramiento de glúteos: Sentado en el suelo, lleva los tobillos hacia el pecho y mantenlos allí durante 30 segundos. Repite 3 veces por cada lado. Estiramiento de brazos y piernas: Repite algunos de los movimientos del calentamiento, enfocándote en las áreas más trabajadas. Para cuidar de tu salud física a largo plazo, visita regularmente a un fisioterapeuta que pueda ayudarte a mantener el equilibrio muscular y prevenir lesiones. Incorporar estas rutinas de calentamiento y estiramiento a tu día a día no solo mejorará tu rendimiento físico, sino que también te ayudará a evitar molestias y lesiones a largo plazo. Si aún no has hecho tu chequeo anual, te invitamos a agendar una cita en nuestra clínica de fisioterapia en Madrid.

TRATAMIENTOS MÁS EFECTIVOS PARA LA FASCITIS PLANTAR

Tratamientos más efectivos para la fascitis plantar La fascitis plantar es una lesión común que afecta principalmente a deportistas y personas activas. Se caracteriza por un dolor agudo en el talón que puede dificultar actividades diarias como caminar o correr. Una intervención temprana con el tratamiento adecuado es fundamental para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.   ¿Qué es la fascitis plantar? La fascitis plantar se produce por la inflamación de la fascia plantar, un tejido fibroso que recorre la planta del pie y conecta el calcáneo (hueso del talón) con los dedos. Este tejido es clave para la estructura del arco del pie, proporcionando estabilidad y elasticidad. Cuando se inflama o se lesiona, genera dolor y, en ocasiones, hinchazón en la zona afectada. Esta patología es una de las causas más frecuentes de dolor en el talón y afecta tanto a deportistas como a personas que, por su actividad o hábitos, someten sus pies a esfuerzos repetitivos.   ¿Por qué se desarrolla la fascitis plantar? Las principales razones detrás de esta lesión incluyen estiramientos excesivos y desgarros en la fascia. Sin embargo, existen varios factores que pueden desencadenarla o favorecer su aparición: Calzado inadecuado: Usar zapatos con suelas demasiado planas o tacones altos de forma prolongada puede aumentar el riesgo. Sobrecarga repetitiva: Realizar deportes de alto impacto en superficies duras, como correr en asfalto, genera un impacto excesivo en el talón. Musculatura acortada: El acortamiento de los músculos de la pantorrilla, a menudo relacionado con el uso continuo de tacones, contribuye a la tensión en la fascia plantar. Además, otros factores como el sobrepeso, que incrementa la presión sobre la planta del pie, o la falta de estiramientos adecuados tras el ejercicio, pueden agravar la condición.   Síntomas característicos El dolor en el talón es el síntoma principal de la fascitis plantar. Este dolor suele describirse como punzante y es especialmente intenso al levantarse por la mañana o tras largos periodos de inactividad. En algunos casos, el dolor puede irradiarse hacia el gemelo o intensificarse después de realizar ejercicio físico o caminar durante mucho tiempo.   Cómo se diagnostica la fascitis plantar Es fundamental acudir a un especialista al percibir molestias persistentes en el talón. Un diagnóstico preciso permite actuar de manera oportuna y evitar que la lesión se agrave. Este proceso incluye: Exploración física: El médico identificará los puntos de mayor dolor y evaluará la movilidad del pie. Pruebas de sensibilidad: Estas determinan si la inflamación afecta los nervios de la zona. Estudios de imagen: Radiografías y resonancias magnéticas suelen emplearse para descartar otras patologías y obtener un diagnóstico detallado.   Tratamientos para la fascitis plantar El abordaje terapéutico dependerá de la severidad de la lesión y el impacto en la vida diaria del paciente. En la mayoría de los casos, los tratamientos iniciales incluyen: Antiinflamatorios y frío local: Ayudan a reducir el dolor y la inflamación. Fisioterapia: Es uno de los tratamientos más efectivos. La terapia manual desinflama la fascia y libera la tensión en las estructuras adyacentes. Terapias avanzadas: En casos crónicos, los tratamientos de ultrasonido o de ondas de choque han mostrado excelentes resultados, especialmente cuando las intervenciones conservadoras no son suficientes. El especialista también puede recomendar plantillas ortopédicas personalizadas para mejorar la postura y aliviar la presión en la fascia.   Prevención de la fascitis plantar Aunque no siempre es posible prevenir esta afección, existen medidas que pueden reducir significativamente el riesgo: Mantén un peso saludable: El sobrepeso incrementa la presión sobre los pies y favorece la inflamación. Usa calzado adecuado: Elige zapatos con buena amortiguación y soporte para el arco del pie, evitando tacones altos y suelas completamente planas. Cuida tu rutina deportiva: Opta por superficies más blandas para entrenar y evita los deportes de impacto cuando experimentes molestias. Incorpora estiramientos: Estirar la musculatura de las pantorrillas y la fascia plantar antes y después del ejercicio puede prevenir tensiones acumuladas. Si estás lidiando con fascitis plantar o sospechas que podrías estar desarrollándola, en Rekovery Clinic Sports & Care contamos con un equipo de especialistas en lesiones deportivas y cuidado del pie. Nuestro enfoque personalizado combina fisioterapia avanzada, técnicas innovadoras como ultrasonido terapéutico y asesoramiento en prevención, para ayudarte a retomar tu vida sin dolor. Visítanos y deja que te acompañemos en el camino hacia la recuperación. ¡Tu bienestar es nuestra prioridad!

CONSEJO PARA PREVENIR LESIONES DURANTE LA PRÁCTICA DEPORTIVA

La práctica de actividades físicas y deportivas aporta múltiples beneficios a la salud, pero también implica ciertos riesgos, entre ellos las lesiones. Estas pueden aparecer en cualquier momento y afectar tanto a principiantes como a atletas experimentados. Por ello, conocer las principales causas, síntomas y medidas de prevención es fundamental para minimizar el riesgo y garantizar una práctica deportiva segura y eficaz.   Lesiones deportivas más comunes Las lesiones derivadas de la actividad física son habituales en servicios de urgencias, siendo las más frecuentes aquellas relacionadas con movimientos bruscos, posturas incorrectas, caídas o impactos. Estas se agrupan en tres grandes categorías: Lesiones por movimientos bruscos o posturas forzadas: Comprenden esguinces, desgarros musculares y distensiones. Son provocadas generalmente por un mal uso de la técnica o por sobrepasar los límites naturales de las articulaciones y músculos. Lesiones por sobrecarga o sobreuso: Este tipo de lesiones se desarrolla con el tiempo debido al esfuerzo excesivo y repetitivo sobre un mismo grupo muscular o articulación. Entre las más comunes se encuentran las tendinopatías y las sobrecargas musculares. Traumatismos y golpes directos: Las fracturas óseas y roturas son lesiones graves que suelen estar asociadas a caídas, impactos con otros deportistas o accidentes relacionados con el entorno de práctica.   Factores que provocan lesiones deportivas Aunque los motivos inmediatos de las lesiones deportivas pueden parecer obvios, como caídas o movimientos incorrectos, existe una serie de factores subyacentes que aumentan el riesgo de sufrirlas: Falta de preparación previa: La ausencia de un calentamiento adecuado antes de iniciar la actividad física puede exponer al cuerpo a un mayor riesgo de sufrir lesiones. Del mismo modo, no realizar estiramientos al finalizar el ejercicio dificulta la recuperación de los músculos y articulaciones. Técnica incorrecta: Una mala ejecución de los movimientos, ya sea por desconocimiento o fatiga, puede someter al cuerpo a posiciones poco naturales, generando tensiones perjudiciales para músculos, tendones y articulaciones. Sobreentrenamiento: Forzar el cuerpo más allá de su capacidad sin permitir el descanso adecuado puede generar desgaste muscular, sobrecarga articular y un mayor riesgo de lesiones crónicas. Mal estado físico general: La falta de acondicionamiento, combinada con una alimentación inadecuada y un descanso insuficiente, afecta directamente la capacidad del cuerpo para soportar el esfuerzo físico. Uso incorrecto del equipo: Equipamiento deportivo defectuoso, desgastado o inapropiado para la actividad también incrementa las posibilidades de sufrir accidentes y lesiones.   Síntomas comunes de las lesiones deportivas Los síntomas pueden variar dependiendo de la lesión y su gravedad. No obstante, algunos signos son característicos de la mayoría de las patologías deportivas: Dolor localizado: Generalmente intenso y persistente en la zona afectada, suele ser uno de los primeros indicadores de que algo no va bien. Hinchazón e inflamación: Son respuestas habituales del cuerpo ante el daño sufrido en tejidos o articulaciones. Hematomas: Especialmente comunes en casos de esguinces, golpes o dislocaciones, son visibles como cambios de coloración en la piel. Pérdida de movilidad: En muchas lesiones, el rango de movimiento de una articulación o extremidad puede verse reducido de forma significativa. Sensibilidad y calor en la zona afectada: Algunas lesiones generan una sensación de calor o sensibilidad al tacto, que puede manifestarse después de la actividad.   Cómo diagnosticar una lesión deportiva Ante cualquier signo de lesión, es crucial buscar atención médica especializada para determinar su alcance y recibir el tratamiento adecuado. El proceso diagnóstico suele seguir varios pasos: Exploración física inicial: El especialista evalúa la zona lesionada para localizar puntos específicos de dolor y determinar el tipo de lesión. Pruebas de imagen básicas: Radiografías y ecografías son útiles para descartar fracturas y evaluar posibles daños en tejidos blandos. Estudios avanzados: En lesiones graves, se pueden realizar tomografías axiales computarizadas (TAC) o resonancias magnéticas para obtener imágenes detalladas de la zona afectada.   Tratamientos para lesiones deportivas El tratamiento de una lesión deportiva dependerá del diagnóstico y la gravedad del problema. Las estrategias más comunes incluyen: Reposo y analgesia: Es fundamental reducir la actividad física y aplicar frío en la zona lesionada para minimizar la inflamación y aliviar el dolor. Terapias específicas: En casos más complejos, se pueden emplear infiltraciones con corticoides o terapias regenerativas, como la aplicación de plasma rico en plaquetas o células madre. Rehabilitación mediante fisioterapia: La fisioterapia es esencial para restablecer la funcionalidad de la zona lesionada, fortalecer los músculos y recuperar el rango de movilidad. Este tratamiento debe ser personalizado y supervisado por un profesional especializado.   Prevención de lesiones en el deporte Prevenir lesiones es posible adoptando hábitos saludables y siguiendo estas recomendaciones: Técnica adecuada: Aprender la técnica correcta desde el inicio, con la ayuda de un entrenador o profesional, reduce el riesgo de movimientos incorrectos. Equipo y protección: Utilizar ropa deportiva adecuada y, en deportes de contacto o riesgo, emplear elementos de protección como cascos o rodilleras. Calentamiento y estiramiento: Preparar el cuerpo con ejercicios de calentamiento antes de la actividad y realizar estiramientos al finalizar son medidas clave para mantener músculos y articulaciones en buen estado. Cuidado del cuerpo: Mantener una dieta equilibrada, descansar adecuadamente y respetar los tiempos de recuperación entre sesiones de entrenamiento contribuyen a un mejor rendimiento físico y disminuyen el riesgo de lesiones. En definitiva, la práctica deportiva segura requiere no solo conocimiento técnico, sino también atención a las necesidades del cuerpo antes, durante y después del ejercicio. En caso de lesión, es fundamental acudir a un especialista para evitar complicaciones que puedan comprometer la calidad de vida y la actividad física futura.

DOLOR DE CADERA EN ADULTOS: EL SÍNDROME DE PINZAMIENTO FEMOROACETABULAR

La cadera, una articulación esencial en el movimiento humano, está formada por la cabeza del fémur y el acetábulo de la pelvis. Una de las patologías más comunes que afecta a esta articulación en adultos jóvenes, especialmente en deportistas, es el pinzamiento femoroacetabular. Este síndrome, también conocido como choque femoroacetabular, se caracteriza por una relación inadecuada entre el fémur y el acetábulo, provocando un dolor incapacitante que puede confundirse con otras condiciones de la cadera. Aquí exploramos sus causas, síntomas y opciones de tratamiento.   ¿Qué es el pinzamiento femoroacetabular? El pinzamiento femoroacetabular es una afección en la cual ocurre un choque anómalo entre la cabeza del fémur y el acetábulo de la pelvis. Este contacto repetitivo genera lesiones en los tejidos blandos circundantes, como el cartílago articular y el labrum acetabular, provocando dolor y limitación en el movimiento. Esta condición afecta principalmente a personas jóvenes, generalmente entre los 18 y los 50 años, especialmente aquellas que realizaron actividad deportiva intensa durante la infancia o adolescencia.   Tipos de pinzamiento femoroacetabular Existen tres tipos principales de pinzamiento femoroacetabular, según el área afectada: Pinzamiento tipo “cam” o “en leva”: Ocurre cuando la cabeza femoral adopta una forma irregular o asimétrica, más ancha de lo normal. Esto provoca que no encaje adecuadamente en el acetábulo. Es más común en hombres jóvenes y deportistas. Pinzamiento tipo “pincer” o “en tenaza”: En este caso, el acetábulo cubre en exceso la cabeza del fémur, generando daño en el labrum cuando se flexiona la cadera. Es más frecuente en mujeres deportistas. Pinzamiento mixto: La combinación de las características de los dos tipos anteriores. Representa el 86% de los casos, siendo el tipo más habitual de pinzamiento femoroacetabular.   Síntomas del pinzamiento femoroacetabular En las primeras etapas, el pinzamiento femoroacetabular puede ser asintomático. Sin embargo, a medida que progresa, los síntomas típicos incluyen: Dolor en la ingle: Localizado en la parte anterior de la cadera, especialmente al realizar movimientos de flexión o rotación interna. Dolor en otras zonas: Menos frecuentemente, puede irradiarse hacia la región glútea, la cresta ilíaca o la parte externa de la cadera. Limitación del movimiento: Actividades cotidianas como subir escaleras, caminar o estar de pie durante largos periodos pueden volverse incómodas. Restricción funcional: En casos avanzados, el rango de movimiento de la cadera se ve limitado, afectando actividades físicas y de la vida diaria.   Causas del pinzamiento femoroacetabular Aunque las causas exactas del pinzamiento femoroacetabular aún no se comprenden completamente, se han identificado varios factores asociados: Predisposición genética: Deformidades en la forma de la cabeza femoral o el acetábulo pueden estar presentes desde el nacimiento. Estrés durante el crecimiento: Durante la pubertad, el estrés excesivo en la placa de crecimiento puede llevar a deformidades óseas del tipo “cam”. Práctica deportiva intensa: El ejercicio constante puede provocar modificaciones en la estructura ósea de la cadera, predisponiendo al choque femoroacetabular.   Diagnóstico del pinzamiento femoroacetabular El diagnóstico preciso es clave para diferenciar el pinzamiento femoroacetabular de otras patologías que también generan dolor en la cadera, como fracturas, pubalgia, tendinitis, hernias inguinales o tumores. Exploración física: Incluye pruebas como el test de pellizcamiento o impingement, que evalúa la respuesta al dolor al flexionar y girar la cadera hacia adentro. Un resultado positivo sugiere la presencia de pinzamiento. Pruebas de imagen: Radiografías: Para detectar anomalías óseas. Resonancia magnética (RM): Permite observar el estado de los tejidos blandos y las lesiones labrales o cartilaginosas. Tomografía computarizada (TC): Proporciona imágenes detalladas de la anatomía ósea de la cadera.   Tratamiento del pinzamiento femoroacetabular El tratamiento puede ser conservador o quirúrgico, dependiendo de la gravedad de los síntomas y el daño articular detectado: Tratamiento conservador: Incluye reposo, fisioterapia y el uso de medicamentos antiinflamatorios para reducir el dolor y mejorar la movilidad. Tratamiento quirúrgico: Cuando los síntomas persisten, la cirugía artroscópica de cadera se convierte en una opción eficaz. Este procedimiento mínimamente invasivo permite corregir las deformidades óseas y reparar las lesiones articulares.   Ventajas de la cirugía artroscópica de cadera La cirugía artroscópica ofrece múltiples beneficios, como: Incisiones mínimas de 2-3 mm, reduciendo el riesgo de complicaciones. Menor dolor postoperatorio y recuperación más rápida. Alta hospitalaria el mismo día de la intervención en la mayoría de los casos. Resultados favorables a largo plazo, restaurando la funcionalidad de la cadera. En Clínica Elgeadi, contamos con más de 10 años de experiencia en cirugía artroscópica de cadera, utilizando las técnicas más avanzadas para garantizar resultados óptimos. Si sufres dolor de cadera o sospechas de pinzamiento femoroacetabular, nuestros especialistas están preparados para ayudarte a recuperar tu calidad de vida. Pide cita con nosotros y comienza tu camino hacia una cadera saludable.